A don Jaime del Burgo, Capitán de Requetés:
«Carlistas, Soldados sin manchas, que habéis mantenido vuestros cuadros militares como se mantiene el honor, muy alto, por encima de toda política...
Vosotros, carlistas, habéis recibido el espaldarazo de La Legión. Así lo atestiguan los millares de tumbas sobre las que florecen Boinas rojas, que cubren los campos de héroes que murieron en un estrecho abrazo...
Sois, carlistas, lo más puro. Sois la maravillosa pureza de unos ideales conservados a través de generaciones para España. Tenéis un blasón inmaculado, carlistas. Vuestras actuaciones, jóvenes Requetés, no se han manchado con el lodo de la política. Seguid así, sin ambiciones, luchando, sacrificándoos, en aras de un solo ideal: España...
Seguid como hasta ahora, amándola por encima de todo, y llevando como meta el sacrificio por ella. Sois luchadores. Luchadores por acción y luchadores por Tradición, y ser luchador supone una pureza más».
Luis Togores, «Millán Astray Legionario», La Esfera de los Libros, 2003, pp. 351-352
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