viernes, 26 de febrero de 2010

Alma errante.



EL tiempo sigue pasando, continua su movimiento, para bien o para mal en una direción que no puedo cambiar. Hoy, como no tenía mucho que hacer en el colegio, me he dedicado a escuchar las conversaciones de mis compañeras clase (siempre estoy rodeado de mujeres, pero desde hace tiempo sólo a una amo, lo mío es un amor cortés, de todas formas). El servidor, no da conversación sino es necesaria, y procura no hablas más de lo necesario, aunque, la verdad sea dicha no siempre lo consigo. A lo que íbamos: escuchándolas, el alma se me ha helado. Uno creía que las mujeres solían ser limpias, decorosas, imágenes de la Virgen en la tierra (sí, soy un machista).

La cosa es que las conversaciones en muchos casos no cambiaban de tema, sólo de sujeto en las frases.
-Que bueno está X-
-Mejor Y, que es más espigado...

Y esas eran las conversaciones más inocentes...en clase de Derecho (sí, en Canada estudiamos derecho en bachiller) había dos que hablaban de cuándo y cómo pillaron cierta enfermedad sexual. Una de ellas bien joven, al parecer.

Los compañeros de clase no es que cambien mucho de conversaciones tampoco, y más hoy, que es viernes (aunque pecador para ellos).

Lo poco que mis compañeros dan de sí es increíble. En España, la cosa no parace estar mucho mejor y nos encaminamos directos a lo mismo: Una sociedad descabeza, embriagada de placer rápido, y poca responsabilidad. Los ingenieros sociales, trabajando para quién sé yo, han conseguido crear una masa acéfala, que mientras tenga comida, sexo y trabajo para pagar las otras dos necesidades básicas, no se va a rebelar.

Como ya he dicho, el tiempo hoy me ha sobrado, así que cuando las conversaciones se tornaban demasiado explícitas o rancias, pasaba a imaginarme lo que de verdad quiero:
A esa morena que conocí el año pasado, que jamás hizo comentario despectivo sobre persona alguna, nunca se jactó de tener mejor cuerpo que muchas mujeres, nunca juzgó a nadie hasta haberlo conocido y aún así, siempre veía los aspectos positivos. Como buena mujer, ni era liberal, ni libertina. No la gustaban las discotecas ni el alcohol, siempre risueña, con ese acento portugués tanto en tu español como inglés, mis piernas se hacían agua. Antes de conocerte era un fantasma, tras conocerte me convertí en un hombre, con todo la responsabilidad que esa palabra implica. Nunca ha habido mujer capaz de hacerme amarla, y nunca más lo habrá. Encendiste los fuegos de mi corazón celtíbero y contigo se fueron para siempre. Fuiste la única persona capaz de sacarme de mi carpetonibidad, de romper la roca que tengo por alma, sólo tú derretiste mi acerada mirada. Mi cara al verte se hablandaba y dejaba de estar tallada en granito del Escorial.¿Por qué será que aún te amo? por tí, mi vida daría. Conquistaría nuestra galaxia y renombraría en tu honor, para que las generaciones venideras sepan quién fuiste, la mejor mujer que andó (andas) sobre este maldito planeta.

Por Dios, la Patria y el Rey murieron mis ancestros,
Por Dios, la Patria, el Rey y por tí, Mariana, moriré yo también.

3 comentarios:

  1. jeje a tanto no se ha llegado aquí con enfermedades sexuales. Pues a luchar y que no falte combate.

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  2. Causa tristeza ver que esos proyectos de mujer (esposas y madres) llegan al matrimonio, cuando lo hacen, mancilladas en aquello que las hace respetables: su castidad.

    Los cerdos han enlodado toda virtud, revolcándose en sus mismas heces, y las aprendices de cochina han convertido la virtud en una caricatura, desprestigiando todo cuanto de noble hay en las relaciones humanas, banalizando el comercio carnal y las transacciones de saliva y otras secreciones.

    Y además de causar infelicidad, insatisfacción y fastidio, se trata de un síntoma de decadencia y degeneración.

    Lleva ese amor cortés que te ennoblece a un amor real que os dé hijos, a ti y a la que tu corazón ha preferido de entre las demás.

    Rezaré por esa intención.

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  3. Muñoz: Lo leí en el periódico lo de las ETS. Niñas con 15 años con sífilis y clamídea. Luchar a diario y combates, de momento ninguno. Saludos amigo.

    Maestro: Cuánta razón tienes. Quedan pocas mujeres por las que luchar. Como también quedamos pocos hombres íntegros. Hombres que no lloramos por tener una noche de placer rápido. Hombres estoicos en todo momento, que luchamos por nuestras Dulcineas ya nos lleve la muerte o no tengamos razón.

    Ella sabe de este amor, así que he decido usar el blog (que seguro no lee)para decirla lo que siento por ella.

    Gracias por tus oraciones Maestro, ambos estais en las mías.

    Saludos.

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